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Locura por el clítoris: el arte de hacer bailar tus dedos

Experimente la emoción cruda en este retrato artístico, donde la vulnerabilidad y la pasión se mezclan en una escena elegante y dramática.

Una pequeña joya de placer situada en lo profundo de la anatomía femenina, el clítoris es una auténtica estrella del cuerpo humano con sus miles de terminaciones nerviosas. ¿Pero cómo podemos mimarlo hasta que llegue al séptimo cielo? Sigue la guía, en siete divertidos y sensuales pasos.


EL CLÍTORIS, ESTE HÉROE DESCONOCIDO

Antes de subir al escenario, ¡un poco de cultura anatómica no viene mal! Contrariamente a las apariencias, el clítoris no es simplemente un botón mágico visible a simple vista. No, señor, se extiende como un iceberg debajo de la superficie por casi 10 cm, rodeando discretamente la vagina. ¿Y cuál es su relación con este último? El famoso punto G, que en realidad sería una extensión interna del clítoris. Resultado: podemos confiar en la estimulación externa, la estimulación interna o ambas, para obtener una sinfonía de sensaciones.

Un poco de lubricante, por favor

El glande del clítoris es una cosita muy sensible. Así que, antes de meter los dedos, olvídate de las manos secas y confía en un toque de lubricante a base de agua. Para qué ? Porque un clítoris hidratado es como una pista de baile bien encerada: todo se desliza con deleite.

MANO DE TERCIOPELO, SIN MARTILLO NEUMÁTICO

Si crees que todo lo que tienes que hacer es precipitarte, ¡mala idea! El clítoris ama la suavidad y las caricias sutiles para un orgasmo explosivo. Como al buen vino, le gusta que le den tiempo para revelarse. Cuanto más aumenta el entusiasmo, más aprecia los movimientos firmes y seguros. Lo importante es darle tiempo para que se acostumbre.

UNO, DOS, TRES… ¿CUÁNTOS DEDOS HAY EN EL MOSTRADOR?

¡Allí, cada uno a su gusto! Un dedo, dos o incluso la mano entera, todo depende de la preferencia. Una vez colocadas las yemas de los dedos sobre el glande, solo queda dejar volar tu creatividad: movimientos circulares, toques ligeros, alfabetos dibujados sobre la marcha... Experimenta, diviértete y, sobre todo, escucha a tu cuerpo.

¡CAMBIO DE RITMO!

Cuando la excitación está en su punto máximo y el clítoris está bien despierto, es hora de jugar con la presión y el ritmo. Un ligero freno, una presión más pronunciada, una liberación brusca... Probamos, exploramos, descubrimos hasta dónde puede llevarnos nuestro cuerpo.

EL DÚO GANADOR: DOS DEDOS, DOBLE PLACER

El clítoris es bueno, pero combinado con la estimulación vaginal, ¡es aún mejor! A unos dos centímetros de la entrada de la vagina, en el lado anterior, se encuentra la famosa zona C (¡como el Clítoris, sí sí!). Con dos dedos bien colocados y una pulpa apuntando al ombligo, nos lanzamos a la conquista de este tesoro escondido. Y si no funciona la primera vez, no te asustes: Roma no se construyó en un día, y explorar el placer a veces requiere un poco de paciencia.

¿Y SIN DEDOS?

¡Afortunadamente, los dedos no son los únicos invitados a la fiesta! Una lengua bien colocada hace maravillas, al igual que algunos accesorios de alta tecnología diseñados específicamente para excitar el clítoris. Y para los fanáticos de la penetración, ciertas posiciones como la Andrómaca o el misionero permiten combinar la fricción del clítoris con un lánguido vaivén. En definitiva, el placer es infinito, ¡sólo tienes que elegir tu ritmo!

Entonces, ¿estás listo para hacer bailar a tus dedos? 😉

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